La liposucción también denominada lipoaspiración, lipoexéresis, lipoestructura o lipoescultura, es una cirugía que se realiza para remodelar el contorno corporal, eliminando depósitos o acúmulos de grasa en diferentes partes del cuerpo, que son resistentes y no desaparecen con dietas ni ejercicios; hay que recordar que este procedimiento quirúrgico no es un tratamiento para la obesidad.
En pacientes seleccionados esta técnica se puede usar en la cara, el cuello, la espalda, las mamas, el abdomen, las caderas, las nalgas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos y los brazos. Los mejores candidatos para la lipoescultura son pacientes sanos, de peso normal o con un sobrepeso moderado, piel de buena elasticidad, tono firme y que no sea flácida, psicológicamente estables y con expectativas reales de lo que se puede lograr.
La liposucción o lipoescultura tiene limitaciones; no puede eliminar la “celulitis” y si la piel está flácida, quedará suelta y tendrá que eliminarse en una segunda cirugía. En procedimientos extensos, se usa anestesia general y puede ser necesario el ingreso. Cuando el procedimiento es menos extenso, se puede realizar combinando anestesia local con sedación y puede ser ambulatoria. La grasa se aspira empleando tubos metálicos delgados (cánulas de liposucción) que se introducen a través de la piel por incisiones mínimas de 2 a 4 milímetros.
En algunos casos, parte de la grasa aspirada se puede usar para rellenar otra zona lipoimplante o lipofilling donde se necesita. Aproximadamente el 50% de la grasa inyectada prende como un injerto de tejido adiposo, que si está bien realizado es casi de duración permanente.
El lipofilling , se puede usar para aumentar las nalgas, mamas o para rellenar surcos o depresiones en la cara. La duración del procedimiento es muy variable, dependiendo del número de las zonas aspiradas y será mayor, cuando se realizan lipoimplantes.
Tanto en la lipoaspiración como en el lipofilling se pueden presentar pequeños inconvenientes como hinchazón (edema), hematomas seromas (colecciones de suero), moratones (equimosis), alteraciones temporales de la sensibilidad, irregularidades en la superficie de la piel y asimetrías del contorno corporal, que eventualmente podrían necesitar una segunda intervención para corregirlas.
Las complicaciones graves hoy en día son muy raras, y depende de la extensión de la cirugía.
Los resultados son muy satisfactorios porque son permanentes, ya que los depósitos de grasa son eliminados de manera permanente y las nuevas proporciones corporales y forma, se mantendrán; sin embargo, siempre es posible ganar peso si no hay un control alimenticio adecuado, especialmente durante los primeros meses después de la cirugía.
Es muy importante seguir las indicaciones del cirujano y cumplir con una dieta sana y equilibrada.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.