¿Es un pájaro, es un avión, es Superman? No, es un ejecutivo agresivo.
Hace algunos años, concretamente en 2007, el cirujano plástico neoyorkino Darrick Antell emprendió un curioso estudio. Estudió la imagen, fotografías, de líderes empresariales al frente de grandes compañías, hombres y mujeres que podían presumir de haber triunfado en la vida. Su conclusión, que presentó en un congreso mundial de cirugía estética: el 90% tenía un mentón entre no retraído y prominente. Un porcentaje que llama la atención, teniendo en cuenta que, siempre según el doctor Antell, ese rasgo se encuentra en menos del 50% de la población estadounidense.
¿Es imprescindible tener una mandíbula cuadrada para triunfar? Desde luego que no, nadie ha demostrado la relación causa efecto, pero es difícil escapar a la sensación de que un hombre con mandíbula digna de un galán de Hollywood es un tipo decidido y emprendedor, en tanto que alguien con mentón huidizo parece en principio menos propenso (los estereotipos son los estereotipos) a lanzarse a aventuras con mínimas probabilidades de éxito.
Es más: según algunos cirujanos estadounidenses, esa impresión extendida ha quedado definitivamente grabada en el imaginario popular gracias a la gran cantidad de películas de superhéroes con mandíbulas de acero, hijos todos de personajes de cómic de mentones imposibles.
Y hay cirujanos estéticos que incluso van más allá y llegan a apuntar que esa proliferación de mandíbulas cuadradas puede ser una de las razones por las que la remodelación del mentón (mentoplastia) se ha convertido en la intervención más popular entre los pacientes varones de algunos consultorios neoyorquinos, inmediatamente después de la clásica liposucción.
Según la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos, las operaciones de cirugía estética para aumentar el mentón se incrementaron un 7% entre 2000 y 2013. Y son también numerosos los hombres que buscan un resultado similar sin pasar por quirófano, porque a pesar de que cada día acuden más abiertamente a las consultas de los especialistas, el común de los varones prefiere que no se sepa, o al menos que no se les note.
Sea como fuere, son muchos los hombres que alcanzada la edad crítica, entre los cuarenta y los cincuenta años, cuando la piel de la papada empieza a descolgarse como resultado natural del envejecimiento, se animan a recuperar las líneas claras de otro tiempo. Y que ese deseo se potencia con la creencia de que una mandíbula cuadrada les ayudará en su trabajo.
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Dra. Patricia López Santos
La doctora Patricia López Santos es Cirujana Facial del equipo Fernández Blanco de Marbella.
Trás su especialización en Cirugía Oral y Maxilofacial por el Hospital Marqués de Valdecilla en Santander, y debido a su pasión y gran habilidad en el sector de la cirugía estética, es un miembro esencial en Fernández Blanco y discípulo del doctor Fernández Blanco. Su vocación es la cirugía estética facial, abordando desde rinoplastias, blefaroplastias a lifting cérvico faciales.