El trabajo del cirujano plástico es peculiar, no sólo por las dificultades técnicas inherentes a su especialidad, sino de manera fundamental porque trabaja con un material altamente sensible: la ilusión de sus pacientes.
Queremos decir con esto que, más allá de aquellos casos en los que nuestra intervención viene provocada por alguna malformación que hay que corregir por imperativo médico, en general lo que hacemos es, desde la profesionalidad más exigente, satisfacer los deseos de quienes acuden a nosotros con el único propósito de mejorar su aspecto.
Habrá quien piense que ponemos nuestra ciencia al servicio de gentes caprichosas… Nada más lejos de la realidad. Afirmar eso revela un grave desconocimiento de los problemas que arrastran y las complicaciones (vitales, sociales, profesionales) que afrontan muchas personas a las que una intervención les puede devolver incluso las ganas de vivir.
Pero volvamos al inicio de este post.
Si hablamos de “material sensible”, de “ilusión” es porque, a veces llegan a nuestra consulta pacientes que tienen unas expectativas que no se podrán cumplir. En ocasiones porque no es conveniente, en ocasiones porque es imposible. Y en ocasiones, no hay que olvidar que toda intervención quirúrgica conlleva riesgos, porque la cirugía no resulta como esperábamos.
Así, tras las cirugías que corrigen insuficientemente o que provocan deformidades, se hará necesaria una nueva intervención, una cirugía estética secundaria, para revertir los malos resultados de la operación primera y que, al hacerlo, además del problema físico y estético, acaba con el estrés y la angustia generados por los resultados indeseados de la operación inicial.
En nuestra clínica practicamos ese tipo de cirugías secundarias con frecuencia y resultados altamente satisfactorios.
Entre otras, somos especialistas en la llamada mamoplastia secundaria, una intervención quirúrgicacon la cual se revierten los resultados desfavorables de una cirugía anterior, devolviendo belleza, armonía y naturalidad a las mamas.
Con ella podemos resolver desde la mera insatisfacción (por el tamaño, por el resultado) hasta los problemas derivados de la colocación incorrecta de las prótesis pasando por las asimetrías de tamaño, forma o posición, o los resultados indeseables en areolas y pezones (cambios de posición, retracciones…).
Para terminar, permítenos subrayar que este tipo de cirugía secundaria o cirugía de reparación, requiere una gran experiencia, el cirujano ha de conocer todas las técnicas y adecuar cada una de ellas a cada caso, ya que la secuelas de cirugías estéticas son diferentes las unas de las otras, no pudiéndose establecer una única técnica de reparación para todas.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.