Los estudios científicos nos dicen que aproximadamente el 65% de los adolescentes varones tienen ginecomastia. Y subrayamos la palabra “adolescentes” porque es la que explica un porcentaje que sorprende por lo elevado: la ginecomastia, a esa edad, es fruto de los cambios hormonales que los jóvenes están sufriendo, es decir, lo normal, lo habitual, es que desaparezca al mismo tiempo que se supera la pubertad.
Si de adultos hablamos, la ginecomastia se debe también a cambios hormonales. Pero, en este caso, nos referimos a alteraciones provocadas por un aumento de los estrógenos (hormonas femeninas) y una disminución de los andrógenos (hormonas masculinas) que a su vez puede ser debido a múltiples factores, entre ellos, procesos cancerígenos (cáncer de pulmón, cáncer testicular…) o enfermedades hepáticas.
Lo cierto es que los varones abominan de esas mamas abultadas, que les confieren un aspecto femenino y son definitivamente antiestéticas. La buena noticia es que éste es un problema que encuentra solución en el quirófano.
¿Con qué técnica quirúrgica? Pues bien, la técnica dependerá del tipo de ginecomastia del que hablemos.
El tratamiento quirúrgico de la ginecomastia glandular, es decir, la que se produce por la presencia de glándula mamaria (también la llamamos Ginecomastia Verdadera) pasa por la resección de la glándula a través de una incisión en la mitad inferior de la areola, y teniendo en cuenta que siempre se deberá respetar un pequeño botón de glándula para evitar que la areola se deprima y se adhiera al músculo pectoral mayor.
Queremos señalar aquí que en los casos severos, cuando al proceder a la resección de la glándula nos queda un notable excedente de piel, se impone además la resección de una porción de esa piel sobrante. Este segundo paso deja cicatrices fuera de la areola, pero no son muy grandes y normalmente se ocultan con el vello masculino del tórax.
Si la ginecomastia que nos ocupa es la llamada adiposa, es decir, la que resulta de un acúmulo de grasa, procederemos de la misma manera que actuamos cuando se trata de grasa acumulada en cualquier otra parte del cuerpo: con una liposucción, que nos permite obtener resultados excelentes con cicatrices prácticamente invisibles.
Tal vez estás leyendo este post porque estás pensando en someterte a esta intervención. Si así fuera, has de saber que no se trata de una operación dolorosa, y que te podrás incorporar a la vida plenamente normal a las 48 horas, eso sí, deberás utilizar una prenda compresiva durante al menos 15 días.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.