El mundo de la estética se ha llenado de palabras que empiezan con “lipo” y que, por ser tantas, pueden generan confusión entre los poco habituados a la jerga médica.
Suponemos que es sabido, pero por si acaso os recordaremos que el prefijo lipo- (del griego λίπος), que utilizamos en palabras compuestas como liposucción o lipoproteína, quiere decir “lípido” o “grasa”.
Resulta evidente que el significado del vocablo compuesto depende básicamente de su segundo ingrediente, así, liposucción no es lo mismo que lipoescultura, y para entender qué tipo de intervención de cirugía estética relacionada con la grasa estamos abordando, hay que fijarse bien en esa segunda parte.
Pero aún hay más… por ejemplo el lipofilling del que hoy hablaremos. La palabra inglesa “filling” significa “relleno”, por lo tanto, estamos refiriéndonos a un relleno de grasa, que realizamos con fines estéticos o reparadores.
Empezaremos diciendo que este procedimiento quirúrgico nos permite cambiar (más abajo veremos en qué sentido) el volumen de una parte del cuerpo utilizando la grasa conseguida mediante una liposucción, es decir, es un relleno con grasa autóloga. O lo que es lo mismo, con grasa extraída del propio paciente.
El creador de la técnica es el doctor Sydney Colleman. Aun a riesgo de simplificar mucho el procedimiento por él ideado en los 90, diremos que consiste en extraer la grasa de la zona donante, centrifugarla con los instrumentos adecuados y conforme a indicaciones precisas para obtener una grasa de calidad, e inyectarla después en la zona a tratar.
Recurrimos al lipofilling cuando aspiramos a aumentar o devolver volumen, corregir defectos anatómicos propios o producidos por cirugías previas que no dieron el resultado esperado, enfermedades o traumatismos.
En general, podemos señalar que el lipofilling está indicado para procedimientos de rejuvenecimiento facial (aumento de volumen en el rostro, relleno de surcos, arrugas y depresiones, definición del contorno y perfil facial); reparación de cicatrices deprimidas; reparación de liposucciones; reconstrucción de mamas; aumento de mamas; aumento de glúteos y rejuvenecimiento de manos.
Empezamos hablando de la confusión generada por la utilización, inevitable, de palabras con el mismo prefijo. Añadiremos ahora que, en ocasiones, la confusión aumenta debido al uso de diferentes vocablos para definir una misma técnica. Así, hemos venido hablando de “lipofilling” cuando otros prefieren utilizar los términos lipotransferencia, lipotransportación o lipoestructura.
Sea cual sea el término elegido, lo importante es saber qué define. Y más aún, ponerse en manos de un cirujano plástico que, lo llame como lo llame, tenga la experiencia necesaria para culminar la intervención de cirugía estética con éxito.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.