Auge de la cirugía plástica de las zonas íntimas femeninas

Lo vemos todos los días en la clínica, lo ven también colegas tanto españoles como foráneos que, luego, comparten su experiencia en distintos foros: las mujeres han irrumpido con fuerza en el sector de la cirugía estética genital, que está dejando de ser un tabú (si bien sigue estando rodeada de prejuicios), y protagonizan la mitad de las operaciones de este tipo que se llevan a cabo en Europa, principalmente reconstrucciones de himen y de los labios vaginales.

Así lo dijo recientemente en Barcelona el especialista en cirugía genital Marc Abecassis, quien trazó un esbozo de historia de este tipo de intervenciones: en los años 90 del siglo XX, la cirugía estética genital irrumpió como una posibilidad para varones que, básicamente, deseaban agrandar o alargar el pene (origen de tantos complejos), y tardó unos diez años en fijarse en el público femenino. “Desde entonces –dijo Abecassis–, las mujeres han ido pidiendo más, gracias a la aparición de nuevas técnicas.”

Nuestro colega hizo además una observación que también constatamos en nuestros centros: hay dos tipos de pacientes principales, el integrado por las mujeres que sufren algún tipo de complejo y el formado por aquellas que quieren recuperar sensaciones.

La “cirugía íntima” es la que se realiza para rejuvenecer y embellecer las zonas íntimas para devolver la elasticidad y simetría a los genitales femeninos externos, mejorando notablemente su estética.

Las intervenciones más requeridas son cuatro:

• El estrechamiento vaginal, al que se someten normalmente mujeres que, tras múltiples partos, sufren un ensanchamiento o un desplazamiento de la cavidad, que puede provocar molestias y relaciones íntimas insatisfactorias.
• La labioplastia, consistente en la reducción de los labios menores (la más común) y/o mayores hipertrofiados, “descolgados” o asimétricos. Una situación que puede ser de nacimiento (razones congénitas) o sobrevenida y que da lugar a molestias y a una incidencia mayor de infecciones.
• La clitoplastia, con la que solucionamos otra hipertrofia, la del clítoris, fruto normalmente de un desequilibrio hormonal entre estrógenos y testosterona, y que puede llevar asociada un aumento de vello.
• Y la liposucción de pubis, es decir, la reducción del tejido adiposo del monte de Venus y obviamente indicada para mujeres que tienen un exceso de grasa en esa zona.

Cuatro intervenciones para dar salida a cuatro situaciones de las que en ocasiones “da corte” hablar pero que generan gran incomodidad y dificultan unas relaciones sexuales satisfactorias.

Cuatro operaciones sencillas con las que resolvemos cuatro problemas de esos que antes las mujeres sufrían en silencio, pero que ahora comparten con especialistas como nosotros en la seguridad de que hay una respuesta pensada para ellas.

Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).