¿Quién no ha oído hablar del Rey Midas, ese pobre desgraciado que convertía en oro todo lo que tocaba? Lo suyo fue una maldición, pero sus “herederos” no parecen descontentos.
Pensemos en el clan de las Kardashian, esa extraña familia que suele ser noticia por sus retoques estéticos. Hace no mucho supimos que Kim Kardashian, probablemente la más conocida de todas, había lanzado su propia línea de emojis, adecuadamente llamados Kimojis.
Entre ellos, por supuesto, su celebérrimo trasero, del que hablarán los tiempos, del mismo modo que hace tiempo venimos hablando de la famosa nariz de Cleopatra o, más recientemente, los ojos violeta de Liz Taylor.
Lo relevante del clan a efectos de este blog es lo importante que ha resultado para nuestra especialidad que los miembros de esta familia reconozcan sin tapujos cuántos y qué tipo de retoques se hicieron. Es más, una clínica británica que ha estudiado el fenómeno ha detectado que cada vez son más las personas que desean “imitar” algunos de sus retoques, un incremento que los autores del estudio cifran en un 73% pero que tiene picos estratosféricos: por ejemplo, cuando el pasado mes de mayo Kylie Jenner reconoció que se había sometido a una labioplastia, es decir, se había rellenado los labios, el número de consultas a la web de la clínica citada por el Daily Mail se incrementó un 700%.
Es obvio que las Kardashian no son las primeras famosas que pasan por quirófano, lo novedoso es que hablan de ello con toda naturalidad. Y no son pocos los cirujanos que agradecen ese comportamiento, que ha ayudado a aceptar una práctica de la que algunos recelaban.
No obstante, conviene ser cautos. Porque desde estas páginas hemos insistido en la necesidad de aproximarse a la cirugía estética con razones y expectativas adecuadas, en la conveniencia de no perder nunca de vista que hablamos de intervenciones quirúrgicas, en la radical importancia de no frivolizar.
Por eso, bienvenida sea la popularización de una especialidad médica que tanto y tan bueno puede hacer por personas con problemas estéticos y más que estéticos. Pero digámoslo una vez más, y no será la última: paciente y médico han de actuar de manera responsable, cada uno en su papel. Por el bien de la cirugía plástica, por el bien de quienes a ella se someten.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.