Los procedimientos quirúrgicos no son los únicos existentes para realizar con éxito un cambio estético. Hay, sí, remodelaciones que exigen una intervención drástica, pasar por el quirófano; pero hay otras que se pueden afrontar mediante tratamientos de medicina estética corporal, y el resultado es igual de satisfactorio.
La mesoterapia es uno de ellos, y vale tanto para la cara como para el cuerpo. Pero aquí y ahora queremos hablaros de técnicas de mesoterapia corporal.
Empezaremos por la mesoterapia reafirmante. Consiste en inyectar bajo la superficie cutánea, pequeñas gotas de medicamentos, productos lipolíticos, venotónicos y reafirmantes del tejido. Son productos de toda garantía cuya misión es doble: por un lado, activar la circulación local; por otro, alterar la permeabilidad de las paredes celulares de los adipocitos (es decir, las células grasa) facilitando así la liberación de su contenido graso.
Si además ese tratamiento se combina con presoterapia, un procedimiento que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y linfática, y por ello favorece la eliminación de las toxinas, los resultados serán rápidamente visibles y satisfactorios.
Existe también la llamada mesoterapia de adelgazamiento, que es la técnica más eficaz para reducir la grasa localizada.
Al igual que en el procedimiento anterior, aquí también inyectamos por debajo de la piel medicamentos y sustancias lipolíticas, sólo que, en esta ocasión, colocamos los productos más profundamente que en la técnica reafirmante.
Y así, como es recomendable combinar la mesoterapia reafirmante con sesiones de presoterapia, puede considerarse la posibilidad de combinar la mesoterapia de adelgazamiento con otros tratamientos que nos ayuden a mejorar la circulación, y al hacerlo ayuden a la oxigenación del organismo y a la eliminación de los productos de desecho.
En ambos casos, el paciente deberá completar entre ocho y doce sesiones a razón de una por semana y someterse después a sesiones de mantenimiento más espaciadas en el tiempo, según la evolución y las necesidades concretas.
Lo cierto es que en nuestro día a día estos tratamientos tienen una importancia creciente, la mejora de las técnicas y los resultados hacen que sean más y más numerosos los pacientes que demandan estos procedimientos, que han cambiado mucho desde su invención, a mediados del siglo XX, por parte del médico francés Michel Pistor.
Por cierto: el nombre, mesoterapia, procede del de la capa de la piel en la que se inyectan las sustancias, derivada del mesodermo embrionario.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.