Una de las preocupaciones que manifiestan los pacientes que acuden a nuestra consulta, sea cual sea el motivo concreto que los traiga hasta nosotros o se trate de la intervención de cirugía estética de la que se trate, son los riesgos que se corren al entrar en quirófano. Ninguna operación está exenta de ellos, si bien tanto la cirugía en general como la cirugía estética en particular han avanzado tanto en los últimos años que podemos afirmar, sin faltar a la verdad, que los riesgos son mínimos.
Bien es cierto que, en ocasiones, nos llegan informaciones que hablan de peligros insospechados. Para nuestro asombro, hace poco, leímos que una señora de 40 años de origen brasileño hacía responsable a una operación de cirugía estética de ser causante de su “irresistible y compulsiva” cleptomanía. Al parecer, la mujer había sido sometida a una liposucción, una mamoplastia de aumento y un lifting de brazos, y fue a partir de esa triple intervención cuando desarrolló un comportamiento “típico de la cleptomanía”: fue salir de quirófano y sentir una comezón que sólo se calmaba satisfaciendo la necesidad imperiosa de robar. Lo curioso es que no era un camelo, sino la pura realidad. El periodista aseguraba que cuando la señora fue detenida, explicó su triste situación, y que la justicia aceptó someterla a una revisión. Al parecer, el escáner demostró que había sufrido “un flujo de sangre en su cerebro inadecuado en algún momento comprendido durante o justo después de la operación”, y que ese flujo había afectado una región implicada en tareas asociadas a la memoria y el aprendizaje. En definitiva, el informe médico sostenía que el desarrollo de la cleptomanía tenía por causa un fallo neurológico que se subsanó sin necesidad de una segunda intervención “gracias a la reorganización y reparación de las conexiones cerebrales”. De esta curiosa y absolutamente excepcional historia podemos extraer una enseñanza: la seguridad 100% no existe, y eso es así en todas las intervenciones quirúrgicas, porque en el caso que nos ocupa, el hecho de que se tratara de una operación de cirugía estética no es sino una casualidad. De ahí que con total tranquilidad y confianza podamos escribir a renglón seguido que la experiencia nos demuestra que las complicaciones aparecen con una frecuencia extraordinariamente baja, a condición eso sí de que la intervención quirúrgica se realice tras un riguroso examen médico del paciente, en condiciones favorables, en un entorno médico adecuado y por un facultativo competente. Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga). Nacido en Madrid, el Dr. Jesús Gómez-Comino Pérez es uno de los mejores especialistas en Cirugía Plástica, estética y reparadora. Entre sus especialidades destacamos los aumentos de mamas con implantes de prótesis, liposucciones, abdominoplastias y rinoplastias, por citar algunas de las más demandadas en nuestras clínicas de Madrid y Marbella.Hablemos del caso
Dr. Jesús Gómez-Comino Pérez