En general, llaman nuestra atención por razones meramente estéticas esas arañas azules o moradas que colonizan algunas piernas, y que a veces crecen, se retuercen, se hinchan, y no son precisamente bonitas. Duele verlas.
Pero es que, además de afear las extremidades inferiores (normalmente “eligen” la parte posterior de las pantorrillas o la cara interna de la pierna), las varices, que de ellas tratamos, pueden manifestarse en otros lugares de nuestra anatomía. De hecho, las hemorroides son un tipo de venas varicosas. Y, más importante aún, no suponen sólo un problema de apariencia: son una cuestión médica. Médica, sí, porque son la prueba de que las válvulas venosas que consiguen que la sangre fluya hacia el corazón ya no funcionan de manera correcta, una disfunción como consecuencia de la cual la sangre “se queda” y se acumula en las venas que, para contenerla, han de dilatarse de manera anormal. Algunos estudios aseguran que 1 de cada 2 personas mayores de 50 años sufre de varices, y que las mujeres son más propensas que los hombres. Y para todos ellos, la pregunta es la misma: ¿qué hago? Hay consejos generales que pueden ser de utilidad: hacer ejercicio si uno tiende al sedentarismo y perder peso si uno tiende a la obesidad; no cruzar las piernas para facilitar la circulación sanguínea o, con el fin de simplificar el retorno venoso, mantenerlas elevadas si se está sentado (en el trabajo, viendo la tele) mucho tiempo, incluso al dormir; y si por las razones que sean debe estar muchas horas de pie, lo recomendable es darse respiros… Todo eso es más o menos fácil de hacer, y sin duda ayuda a sobrellevar el problema. Pero si lo que buscamos es un tratamiento, la cosa cambia. En la actualidad, las técnicas de las que disponemos para tratar las varices son tres, y elegiremos la más adecuada en función del tipo de variz La llamada técnica líquida y el láser son las de elección, incluso combinadas, para tratar arañas vasculares y telangiectasias, en tanto que la técnica de espuma nos permite tratar venas reticulares. En consulta analizaremos tu problema, y te aconsejaremos el método más conveniente. Pero antes de venir y elegir has de saber, lo primero, que el tratamiento no es doloroso. Que es ambulatorio, y que el número de sesiones (cada una de entre 30 y 45 minutos) depende de la gravedad de la lesión. Y que si te decides a hacerlo, será muy importante que sigas después las indicaciones que te demos. Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga). Especialista en medicina estética. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Kharkiv Ucrania en 2004, especialidad en dermatología titulo universitario homologado en España por Ministerio de Educación Cultura y Deporte 2014. Curso acreditado Medicina estética en dermatología Academia de Medicina de Kharkiv (Ucrania). Máster en medicina estética Universidad de Córdoba. Varios cursos, masterclass y formaciones en medicina estética.Hablemos de varices
¿Qué podemos hacer con las varices?
Dra. Natalia Pshenychna