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¿Quién se puede resistir a tan llamativo reclamo: «Crean una “segunda piel” que tensa la epidermis y hace desaparecer las arrugas»?

La información apareció así titulada en el periódico ABC, si bien su fuente primera es la revista Nature Materials, de donde la recogieron varios medios más.Y venía además con una imagen que era exactamente la típica del «antes» y el «después»: era la unión de ambos tiempos, porque lo que se nos enseñaba para alcanzar a entender los efectos del hallazgo eran los ojos de una misma mujer, uno al natural y el otro, tras recibir el nuevo tratamiento:

segunda piel

¿En qué consiste?

Es un material desarrollado por la firma estadounidense Olivo Labs y científicos del prestigioso MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Dicen que es fino e imperceptible, y que cuando es colocado sobre la epidermis consigue estirar la piel, tensarla, es decir: eliminar la flacidez y suavizar las arrugas. Y, lo mejor de todo, sin que se note el apaño.

Es, por lo tanto, una suerte de «segunda piel», que se fabrica con un polímero de silicona que imita las características de una piel joven y saludable, y a la que los investigadores han bautizado con un nombre poco seductor, XPL (Crosslinked Polymer Layer o capa de polímero reticulada).

La ambición de sus patrocinadores es que sirva para combatir eczemas y dermatitis, o a modo de pantalla que nos proteja de las radiaciones ultravioletas. Pero a nadie se le escapa que esa anunciada capacidad de rejuvenecer rostros, incluso si se prolonga sólo unas horas, tiene un enorme potencial. Sí, también económico.

Como cualquiera puede imaginarse, el XPL no es fruto de la casualidad. Todo comenzó hace unos 10 años, cuando un equipo encabezado por Robert Langer, profesor del MIT y fundador de Olivo Labs, empezó a desarrollar algo que pudiera restaurar las propiedades de la piel sana, y ello pensando tanto en aplicaciones médicas como meramente cosméticas. Si algo tenían claro es que necesitaban que el recubrimiento fuera:

  • Invisible
  • Confortable

En cuanto al modo de empleo, lo que sabemos hasta ahora es que el XPL se aplica en dos fases:

  1. En la primera, los componentes de polisiloxano son extendidos sobre la piel
  2. A continuación, un catalizador de platino induce al polímero de manera que éste forma una película reticulada que puede permanecer durante horas (hasta 24). Suena complejo, pero nos dicen que es sencillo: ambas capas se extienden como si fueran cremas de belleza, y una vez aplicado, el XPL se hace invisible.

Habrá que seguirle la pista.

Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).

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