Os preguntaréis qué relación hemos encontrado entre la película de Gurinder Chadha así titulada y la cirugía estética, pero no, no vamos a hablar de la que en su día fuera la comedia británica más taquillera de todos los tiempos.Tampoco vamos a ocuparnos de alguien que quiere jugar al fútbol como Beckham, o cuyas características técnicas recuerdan a las del futbolista inglés, o cuya fama es pareja a la del marido de Victoria.
El aspirante a guapo se llama Jack Johnson y es compatriota del futbolista pero la vida no ha sido con él tan generosa como con David. De hecho, está en paro. Lo cual no le ha impedido gastarse 23.000 euros en intervenciones de cirugía estética para parecerse a su ídolo. Jack admite que este propósito se lleva todo cuanto ingresa pero por mucho que le reprochen su doble locura, ser una fotocopia del bello David y dedicar a eso las ayudas estatales que recibe, él no ceja en su empeño: que nadie pueda decir que es feo. No es la primera vez que traemos a esta tribuna la historia de un joven que se opera una y mil veces con el objetivo de parecerse a su ídolo estético. Y no es la primera vez que prácticamente la totalidad de los titulares que en los medios de comunicación se hacen eco de la noticia se fijan en el coste, en la fortuna dilapidada por el aspirante a doble de algún famoso. A nosotros nos importa más el aspecto médico. El sinsentido que supone ese empeño. Porque sí, Jack puede pensar que cambiando su aspecto físico su vida cambiará, y que cambiará para mejor. Y sí, la autoestima es importantísima. Pero parecerse a Beckham no le hará ser como él, desde luego la popularidad alcanzada en estos días de gloria mediática dudará para siempre. Antes o después, Jack tendrá que enfrentarse a quien de verdad es, y Beckham no estará allí para ayudarle. Dejadnos, pues, que repitamos un mensaje que nos parece clave: nuestra especialidad mejora la apariencia por medio de procedimientos quirúrgicos, y al hacerlo nos ayuda mejorar el físico y a reforzar la valoración que tenemos de nosotros mismos, pero esas intervenciones no son la panacea, no solucionan todos los problemas. Jack, y otros como él, deberían entenderlo. Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga). El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.Vamos a hablar de alguien que quiere ser físicamente como Beckham, al menos de cara.
Dr. Alfredo Fernández Blanco