Robbie Williams y su uso irresponsable del bótox

«Me he rellenado la cara con bótox y he retocado mi barbilla, lo que significa que no puedo mover mi jodida frente.»

La frase no es de alguien que se ha sometido a una intervención en una clínica de poco prestigio, la frase es del cantante Robbie Williams (el ex de Take That) sobre su uso irresponsable del bótox, quien se quejó así hace unos días durante los Attitude Awards (Premios Actitud) celebrados en Londres.

La toxina botulínica, más conocida como bótox, es una eficaz aliada en la lucha contra las arrugas. Y sólo un uso irresponsable puede explicar que algunos se quejen de un producto tan eficaz.

Williams creía tener buenas razones para hacerlo: «Estás de vuelta, haces un nuevo álbum y esperas que sea un éxito, tienes 42 años, estás gordo, tienes bolsas en los ojos y tienes que crear un gran estribillo», al tiempo que mostraba su preocupación por convertirse en una «vieja estrella del pop».

Envejecer es duro para todo el mundo, y lo es mucho más para todas aquellas personas que, por su trabajo, viven de su imagen pública y ven su rostro y su cuerpo reproducidos hasta el infinito en el papel de las revistas y en las pantallas de ordenadores, cine y televisión.

Uso del botox

En cualquier caso, rellenarse la cara con bótox no implica perder la movilidad facial. No sabemos qué problemas habrá tenido el cantante, ni si se le habrá solucionado ya, pero sí sabemos porque lo hacemos cada día en nuestras clínicas, que la utilización responsable de la toxina botulínica (bótox) nos permite obtener resultados brillantes mediante una técnica poco invasiva y muy segura que consiste en infiltrar el producto en dosis muy pequeñas y bloquear así la transmisión nerviosa que contrae los músculos.

Es decir: lo que conseguimos con el bótox es relajar de manera temporal los músculos faciales, lo cual redunda en una mejoría de las líneas de expresión porque la piel está más tersa. Y lo hacemos evitando los efectos secundarios (si bien la infiltración puede provocar hematomas pequeñísimos allí donde se ha aplicado el producto), y con la tranquilidad que da el saber que este procedimiento no tiene contraindicaciones.

De ahí su éxito, de ahí que tantos pacientes que quieren borrar arrugas provocadas no sólo por la edad, sino por la pérdida de peso o por factores externos como la exposición solar prolongada, recurran a nosotros sabiendo que le aconsejaremos bien, y aplicaremos el productos de la manera más profesional y segura.

Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).