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Quienes se someten a una mamoplastia no siempre quedan completamente satisfechas. Este descontento puede tener su causa en una mala práctica del cirujano anterior, en predisposiciones congénitas no previstas o simplemente en un cambio de opinión de la paciente. La cirugía secundaria rectifica estos problemas generados por una operación anterior.

Tras una mamoplastia, es importante vigilar cómo se adaptan los implantes al cuerpo y viceversa. Pasado el tiempo, se pueden detectar deficiencias que tienen diversas causas.

  1. Por un lado, es posible que en el momento de la primera intervención hubiera un error de diseño. Una mala ubicación de los implantes o un error en la vía de acceso pueden provocar cicatrices distendidas o pinzamientos. Un cirujano experto podrá aliviar este problema a través de una segunda intervención.
  2. También debido a una mala decisión durante la primera cirugía de senos, es posible que la paciente desee rebajar un volumen exagerado en sus implantes. Un volumen excesivo puede provocar incomodidad o deformaciones (por ejemplo, achatamiento del pezón), que se pueden evitar volviendo al quirófano para suprimir parte del volumen en los implantes.
  3. Otro contratiempo que puede solucionarse con una cirugía secundaria es la llamada contractura capsular. En este caso, la paciente sentirá molestias, un tacto duro y rigidez. Esto se debe a que, ante la introducción de un material ajeno, el cuerpo reacciona generando una cápsula a su alrededor. Si hay complicaciones, la cápsula que rodea al implante engrosa y comienza a contraerse sobre la prótesis, provocando las molestias.
  4. Por otro lado, algunas pacientes deben solucionar mediante una cirugía secundaria la aparición de un doble surco submamario, o el descenso excesivo del surco (la línea que marca el límite inferior de los pechos). Este problema se origina durante la primera intervención, cuando no se detecta o no se tiene en cuenta que la paciente presenta unos polos inferiores poco desarrollados.
  5. Además, algunas cirugías mamarias pueden evolucionar en una sinmastia o uniseno, es decir, que las prótesis se acerquen y, con el paso del tiempo, terminen uniéndose. Aunque puede deberse a un defecto congénito, esta circunstancia se da principalmente por una mala práctica durante la primera mamoplastia, que puede ser corregida no obstante mediante cirugía secundaria.

 Finalmente, es importante saber que es necesario cambiar los implantes cada cierto tiempo. En general, las prótesis duran alrededor de 10 años en perfecto estado, tras lo cual suele ser recomendable renovarlas. Hay mujeres que, llegado este momento, optan por la extracción. En este caso, se opta por una intervención para realizar un explante.

Firma del Doctor Fernández Blanco - Blog

Dr. Alfredo Fernández Blanco

El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.

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