El botox ha sido el tratamiento estético en el que las mujeres han confiado para mantener a raya sus arrugas en los últimos 10 años. La toxina botulínica se inyecta en zonas como el entrecejo, las patas de gallo,y la frente, como lugares más frecuentes.
En un nuevo estudio se demuestra que existen pacientes que pueden dejar de responder al botox, una realidad relegada a la letra pequeña del prospecto. Sin embargo, se estima que entre el 0,5% y el 3% de los usuarios desarrollan resistencia a la toxina, que impide que el músculo se contraiga.
Los investigadores alemanes revelan que uno de cada 200 usuarios había desarrollado anticuerpos, por lo tanto el tratamiento se volvía menos efectivo con el tiempo, si bien esa posibilidad podía aumentar en pacientes que recibieran dosis mayores para combatir problemas de salud como espasmos musculares o exceso de sudoración.
Sin embargo los especialistas en medicina estética no comparten ni entienden que esta circunstancia sea importante, ni significativa, aunque todas las toxinas pueden producir anticuerpos.
La clave es la cantidad , la técnica y la calidad del producto que se inyecta y los resultados que se logran en España, ya que la diferencia con los ingleses, es que se quiere mantener la naturalidad en la expresión.
El dr. Kuldeep Minocha, de Absolute Aestheticsm en Londres, se ha encontrado con seis pacientes a los que este tratamiento no les ha funcionado bien o cuyos efectos no han sido duraderos.
Los profesionales españoles no están de acuerdo con la solución de sus colegas ingleses. “Si el tratamiento no funciona, es posible que sea porque se haya roto la cadena del frío o se haya preparado mal el producto en vez de porque se tenga resistencia. Cualquier cosa que suceda puede reducir su efectividad: que uno se olvide de ponerlo en la nevera o que se haya hecho la mezcla y se esté inyectando al paciente días más tarde, o que se haya roto la cadena de frío desde el laboratorio a la consulta. Pero no hay que decir: “Como no funciona, pongo el doble. Hay que barajar otras opciones”, explican los expertos.
En nuestro país existen tres toxinas botulínicas, tipo A, aprobadas por el Ministerio de Sanidad y Consumo para su uso estético: Vistabel, de Allergan, que fue la primera autorizada, en 2004; Azzalure (Galderma), que fue la siguiente en ser comercializada, en 2009; y la última, Bocouture (Merz Pharma GmbH & Co), que apareció en 2010. Con este panorama, la solución adoptada por nuestros especialistas para los casos difíciles sería más conservadora (y económica) que inyectar el doble de botox o probar con cepas médicas: cambiar de una marca a otra.
Si deseas saber más, consulta con nuestros especialistas de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 0 envíanos un mensaje y te aclaramos todas las dudas.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.
