Aquí es una desconocida, no así en Colombia, donde sus intervenciones televisivas hicieron de ella alguien tremendamente popular. Sin embargo, las últimas apariciones en los medios de Yina Calderón no tienen que ver con su fortuna mediática sino con una desgracia quirúrgica: tuvo que ser intervenida para extraerle los biopolímeros que se había inyectado en el rostro por su cuenta y riesgo.
Dejemos que sea ella quien lo explique: “Me quería aumentar el mentón y le dije a uno de mis amigos que me consiguiera el ácido hialurónico. Yo sabía que era caro y un día me llamó y me dijo que ya lo tenía. Estaba con mis amigos y cogí la aguja y me inyecté un poquito. A los diez minutos ya tenía la cara hinchada y desfigurada. Sin embargo, no sabía que era biopolímeros, me engañaron”.
Su caso, al que los medios colombianos han dado mucha publicidad, es el de tantas personas que, cuando su cirujano de confianza se niega a intervenirles por razones estrictamente médicas, deciden recurrir a métodos y personas que no son de fiar.
“Solo le digo a las mujeres que tomen conciencia de lo que me está pasando por no asesorarme bien. Yo siempre soy muy sincera y me encantan las cirugías plásticas y por lo que me pasó no voy a pensar que son malas. Creo que son buenas, siempre y cuando se realicen con gente responsable, no tú sola sola en la casa o en clínicas de garaje.”
Yina ha tenido suerte. La doctora, la misma que se negó a practicarle la operación que ella deseaba, le retiró el material que se había aplicado, y le hizo una reconstrucción de tejidos en rostro, papada y mentón.
No tenemos más datos, pero imaginamos la dificultad de la intervención en la medida en la que conocemos bien lo que los biopolímeros, que se siguen utilizando en países de Latinoamérica aunque su utilización está prohibida, pueden hacer: infiltran los tejidos, producen granulomas… extraerlos no es, por lo tanto, sencillo y casi siempre hay que sacrificar algo del tejido circundante.
Pero más allá del caso particular de Yina, y el de otras famosas que en Colombia han recurrido a esa sustancia, poniendo en peligro su salud y su vida, lo que nos interesa recordaros es que sí, la extracción de los biopolímeros (una cirugía secundaria muy compleja) es posible… aunque lo mejor es ponerse desde el principio en manos de cirujanos de experiencia contrastada, y no fiarse de quienes nos venden milagros a bajo precio.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.