Esta es la historia de una mujer obsesionada por la juventud eterna, que luego de 20 años, ha desfigurado su rostro por autoinyectarse aceite de cocina. Hang Mioku, de 48 años de edad, es coreana y se ha inyectado aceite de cocina en el rostro, lo que la ha dejado totalmente irreconocible. A pesar de las consecuencias que la cirugía estaba teniendo en su rostro, hinchado y desfigurado, Hang se veía hermosa y quería segar operándose. Pero los cirujanos que visitó se negaron a practicarle más intervenciones. Cuando regresó a Corea, donde reside, sus padres quedaron horrorizados por los terribles efectos de la cirugía y decidieron buscar un médico que pudiera devolverle su rostro. Pero el tratamiento era demasiado caro. Hang, incomprensiblemente, encontró un médico que siguiera inyectando silicona en su cara. El doctor se limitó a dejarle una jeringuilla y la silicona para que ella misma se la colocara. Pero, cuando se le acabó el producto decidió inyectarse aceite de cocinar. Ahora, Hang se ha hecho famosa en Corea y varias donaciones han permitido que se pueda operar para eliminar 260 gramos de sustancia extraña de su cara y cuello. Después de varias sesiones, los médicos han logrado reducir el tamaño de su rostro que ha quedado desfigurado y marcado para siempre por las cicatrices. Los efectos de sustancias no autorizadas son irreversibles, solo pueden mejorarse con cirugía secundaria, aunque no se logrará eliminar todo el producto ya que se infiltran en los tejidos. Siempre debes acudir a profesionales cualificados y clínicas autorizadas para no sufrir este tipo de daños. El dr. Fernández Blanco es experto en cirugías secundarias y de alta complejidad. Pide tu cita al 915 54 09 24 o a través de nuestro Facebook La doctora Patricia López Santos es Cirujana Facial del equipo Fernández Blanco de Marbella.¿Cómo comenzó el caso de Hang Mioku?
¿Cuáles fueron las consecuencias de inyectarse aceite de cocina en el rostro?
Dra. Patricia López Santos
Trás su especialización en Cirugía Oral y Maxilofacial por el Hospital Marqués de Valdecilla en Santander, y debido a su pasión y gran habilidad en el sector de la cirugía estética, es un miembro esencial en Fernández Blanco y discípulo del doctor Fernández Blanco. Su vocación es la cirugía estética facial, abordando desde rinoplastias, blefaroplastias a lifting cérvico faciales.