Hay estudios que aseguran que el 5% de los españoles tienen orejas de soplillo. Un 5% son muchos españoles, más de 2 millones de conciudadanos. Y aunque no todos se avergüencen por tener los pabellones auditivos muy separados de la cabeza, hay miles de personas para los que esa peculiaridad es un sufrimiento que padecen desde pequeños, no tanto porque se vean feos o raros como porque el tener las orejas así les hace objeto preferente de las burlas de los compañeros.
Desde siempre, las madres han estado al quite con remedios caseros del tipo aplicar un esparadrapo tras las orejas si no para corregir el problema, al menos para paliarlo. Una madre hubo que inventó una pequeña prótesis de silicona transparente, y prácticamente invisible, que se fija a la cabeza y a la parte posterior de la oreja gracias a un adhesivo hipoalergénico.
Pero esos y otros remedios similares no dejan de ser parches que no solucionan el problema. Para encontrar una solución definitiva, hay que operar. A este respecto, la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética recuerda que “las orejas han crecido casi completamente a los 4 años, así que cuanto antes se realice la cirugía, menor será el ridículo que pase el niño en el colegio”. Por ello, la otoplastia se realiza generalmente en niños entre los 4 y 14 años, si bien también es realizable en adultos, no existiendo mayores riesgos en esta edad.
Normalmente, el resultado será satisfactorio en la primera otoplastia. Pero si el paciente no queda satisfecho, existe la posibilidad de recurrir a una otoplastia secundaria, si bien hay que tener en cuenta que la otoplastia secundaria es más complicada que la otoplastia primaria por una razón fácilmente comprensible: los tejidos ya han sido modificados una vez.
En cualquier caso, transcurrido un plazo de seguridad que puede oscilar entre los 3 y los 6 meses (el tiempo necesario para que se reduzca la inflamación y desaparezca la fibrosis), el paciente podrá someterse a esa otoplastia secundaria que también se realizará con anestesia local y de manera ambulatoria (no es necesario el ingreso hospitalario).
Los inconvenientes (dolor, hinchazón…) son mínimos y controlables con la medicación adecuada. Habrá, eso sí, que tomar medidas para asegurar el mejor de los resultados, por ejemplo, utilizar bandas elásticas (incluso por la noche) para evitar la inflamación de las orejas y para mantenerlas lo más pegadas posible a la cabeza.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.