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Cuando me plantee escribir sobre este asunto, recordé haber leído, no recordaba ni cuándo ni dónde, que miles de mujeres en Estados Unidos querían para sí los brazos de Michelle Obama.

Por si la memoria me jugaba una mala pasada, me fui a Google y busqué. Y sí, la información estaba ahí, fechada en 2013, cuando la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos informó de que las operaciones de cirugía de brazos habían aumentado más de un 4.000 % desde el año 2000 y sugirieron, entre otras razones, que se debía a que “los tríceps musculosos de la primera dama han inspirado a muchas mujeres”.

Las había inspirado y animado a operarse, a pesar de que ese procedimiento deja una cicatriz visible desde el codo hasta la axila. Al parecer, incluso eso es mejor que tener flabby arms, brazos fofos.

Pero hay otras opciones que pasan, eso sí, por realizar una serie de ejercicios físicos. En concreto, estos:

  • Planchas. Necesitas un banco (de ejercicio o de un parque), unas sillas (que no se muevan; colócalas contra la pared) o cualquier otro apoyo que esté más o menos a esa altura. Manteniendo el cuerpo recto y los brazos extendidos, apoya las manos en los asientos y flexiona los brazos.
  • Planchas inversas. Sirviéndote de los mismos apoyos, pero colocándote de espaldas a ellos, apoya las palmas de las manos en el borde y, manteniendo las piernas semiflexionadas o estiradas y la espalda recta, baja el torso todo lo que puedas.
  • Esculpir el bíceps. Necesitas unas pesas (el peso dependerá de tu fuerza y de lo que quieras conseguir) o unas botellas llenas de agua que puedas agarrar bien. Plántate con los pies ligeramente separados, y sube alternativamente la mano derecha (con el peso hacia arriba) hasta tocar el hombro derecho y luego la mano izquierda hasta tocar el hombro izquierdo. Despacio, no se trata de hacerlo deprisa sino de hacerlo a conciencia.
  • Sin descuidar el tríceps. Este músculo es más difícil de ejercitar, al menos lejos de un gimnasio. Una opción es, sirviéndote de los mismos pesos que en el ejercicio anterior y con pies y piernas en idéntica posición, llevar el brazo derecho por detrás de la cabeza hasta casi tocar con la mano el hombro izquierdo, subir la mano lentamente hasta que el brazo quede extendido hacia arriba, y volver a bajar; luego, hacer lo mismo con el otro brazo.

Otra posibilidad: vuelve al banco o las sillas de antes, apoya rodilla y mano derechas; deja caer en brazo izquierdo, con cuya mano sujetas el peso. Entonces, sin doblar la espalda, mantenido la cabeza recta, lleva el brazo izquierdo hacia atrás unas cuantas veces. Luego, cambia para ejercitar el otro lado.

En los cuatro ejercicios, en número de series y repeticiones dependerá de tu estado físico inicial y de tu progresión y objetivos. Y aunque cueste y duela, persevera: ese es el único secreto de Michelle Obama.

Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).

Firma de la Doctora Natalia Pshenychna - Blog

Dra. Natalia Pshenychna

Especialista en medicina estética. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Kharkiv Ucrania en 2004, especialidad en dermatología titulo universitario homologado en España por Ministerio de Educación Cultura y Deporte 2014. Curso acreditado Medicina estética en dermatología Academia de Medicina de Kharkiv (Ucrania). Máster en medicina estética Universidad de Córdoba. Varios cursos, masterclass y formaciones en medicina estética.

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