Es el signo de agotamiento por excelencia: las bolsas bajo los ojos, aunque hay personas que las llevan puestas permanentemente, estén cansadas o no. Eso en los párpados inferiores. Los superiores tienden a caerse conforme envejecemos, circunstancia que además de hacernos parecer más mayores de lo que somos, y más fatigados de lo que estamos, puede incluso llegar a interferir con la visión.
Son cambios que en general, queda dicho, se manifiestan con el transcurrir de los años, a partir de los 35. Sin embargo, también pueden tener carácter hereditario, por lo que en no pocas ocasiones se presentan en personas más jóvenes.
Sea como y cuando fuere, para solucionar una cosa y otra podemos contemplar la posibilidad de someternos a una cirugía de los párpados, técnicamente conocida como blefaroplastia, un procedimiento mediante el cual extraemos la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados superiores e inferiores con el fin de rejuvenecer los ojos en particular y la cara en general, iluminar la mirada, eliminar el aspecto de cansancio e incluso acabar con esas interferencias en la visión.
Es una intervención frecuente y sencilla, no muy larga (dura entre 30 y 75 minutos), en la que aplicamos anestesia local apoyada por sedación. El paciente no queda incapacitado en ningún momento, aunque necesita un mínimo de 4 días y algunos cuidados (aplicarse bolsas de hielo; en su caso, evitar la utilización de lentes de contacto durante dos semanas; lavarse los ojos varias veces al día con suero fisiológico para evitar el acúmulo de secreciones; estar la mayor parte del tiempo en reposo con la cabeza elevada, durante las primeras 48 horas,…) para incorporarse a la vida normal.
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética recuerda que existen algunas condiciones médicas que pueden hacer que existan más riegos al realizarse una blefaroplastia, como son los problemas de tiroides, la falta de lágrimas suficientes, la presión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. El glaucoma y el desprendimiento de retina también pueden suponer un riesgo; en determinados casos, puede ser necesaria una revisión oftalmológica previa a la blefaroplastia.
Por lo demás, es importante tener claro que la blefaroplastia no elimina las “patas de gallo”, algo que sólo sucede si la intervención se realiza junto a otras cirugías estéticas de la cara. Y tampoco acaba con las ojeras, pigmentos depositados que requieren un tratamiento diferente.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.