El tabaco y sus consecuencias en cirugía estética

Una de las principales recomendaciones a las personas que se someten a una operación de cirugía estética, es eliminar o reducir el hábito de fumar.

El tabaco provoca una vasoconstricción en los capilares sanguineos, que dificulta la llegada de nutrientes y oxigeno a la zona operada. Para una correcta cicatrización, es necesario un correcto aporte sanguíneo. Por ello las personas fumadoras pueden tener una peor cicatrización y un mayor riesgo de necrosis de tejido.

Bostwick en su Tratado de Mamoplastia (2001) afirma, refiriéndose a la cirugía de reduccion mamaria; “el fumar cigarrillos puede contribuir a la pérdida de la areola-pezón, cicatrización retardada de las incisiones, pérdida del colgajo, cicatrices amplias, infecciones, y necrosis grasa”.

Igra y Lanzer (Liposucción, Ed Elsevier Saunders) afirman que “abandonar el tabaco, reduce la incidencia de infecciones postoperatorias de la herida y de alteraciones en la cicatrización”

Evitar o disminuir el tabaco es muy importante, sobre todo en cirugías donde las cicatrices son de gran tamaño como la abdominoplastia , la reducción de mama o liffting facial.

Las personas fumadoras deben dejar de fumar al menos dos semanas antes de la intervención y no volver a hacerlo hasta pasado como mínimo un mes. Los fumadores pasivos también ven comprometida su recuperación por esta razón después de la intervención hay que evitar lugares donde se esté fumando.

Gran cantidad de estudios avalan la nocividad del tabaco y los efectos indeseados que puede producir luego de una cirugía estética, por eso es muy importante seguir las recomendaciones del especialista.

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