La liposucción es, lo hemos comentado en alguna ocasión, una de las tres operaciones de cirugía estética más habituales. Y esa popularidad tiene su razón de ser, puesto que se trata de una técnica quirúrgica que permite suprimir radical y definitivamente los acúmulos grasos localizados… y resistentes a los regímenes alimenticios y las tablas de ejercicio físico. En definitiva, nos permite actuar con precisión quirúrgica (nunca mejor dicho) allí donde la intervención se necesita.
Aunque hay tantos casos como pacientes, y será bueno que cada uno de los aspirantes a una liposucción reciba información personalizada, de manera general podemos decir que el candidato perfecto para una liposucción es aquel que no teniendo sobrepeso, al menos no uno muy acentuado, sí presenta acumulaciones de grasa en áreas localizadas, áreas tales como los flancos, las caderas, el abdomen, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los brazos o la espalda.
Ni que decir tiene que, como ocurre en todas las intervenciones que practiquemos, el hecho de que el paciente tenga un buen estado de salud física y mental es un factor favorable, como lo es que su piel sea firme y elástica, con el fin de que se ajuste lo más posible a su nuevo contorno corporal.
Y, muy importante: el candidato a liposucción ha de saber que esta intervención no se realiza en cualquier parte, no debe hacerse en consultas por muy preparadas que parezcan ni por supuesto en habitaciones con condiciones higiénicas dudosas: una liposucción con garantías ha de realizarse en entorno hospitalario, en una clínica, donde las condiciones de asepsia estén garantizadas y el profesional (porque de un profesional de competencia contrastada ha de tratarse) disponga del material médico necesario.
Todo ello no porque el paciente tenga que quedar ingresado, puesto que muchas veces la intervención se realiza en régimen ambulatorio (sólo las liposucciones extensas requieren un ingreso de 2 o 3 días), sino porque hay que estar en condiciones de ofrecer el mejor servicio médico, y es imprescindible tener a mano lo que podamos necesitar en caso de emergencia.
Lo último. En algunos casos, el resultado de la intervención puede no ser el deseado: una corrección insuficiente, una cierta asimetría residual, algunas irregularidades en la superficie… Pues bien, todas esas imperfecciones se pueden corregir con un pequeño “retoque”, unos seis meses después de la primera liposucción.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.
