Hace unos días, el diario El Espectador publicó un texto en el que se afirmaba que, en los últimos meses, 20 personas han fallecido en Colombia por problemas derivados de la aplicación de biopolímeros, principalmente en operaciones para aumentar el volumen en zonas como senos, cara, glúteos y pectorales principalmente. La última era un joven de 24 años.
Pero, ¿no estaban prohibidos? Sí, pero no en todas partes. Seguimos leyendo: “Se consigue en muchas droguerías del país y solo cuesta 30.000 pesos cada frasco. Se pide como gel hidratante para masaje corporal. Tiene registro sanitario del Invima [Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos] y es fabricado por varios laboratorios. Se trata de los biopolímeros, el producto, que pese a las advertencias de los médicos, se sigue consolidando como una aparente solución económica para mejorar la apariencia y resaltar el volumen de zonas del cuerpo que generan sensualidad pero que están llevando a la muerte a muchos colombianos”.
Así lo certifica un médico citado en el texto, quien sostiene que “los casos de mortalidad con esa sustancia, en vez de disminuir, han aumentado”. E incluso aventura que “puede haber muchos más que no se conocen, porque a la gente le da vergüenza o se siente culpable, entonces no lo dice y llegan a urgencias y el médico se confunde porque no quieren contar lo que pasó”.
Resulta chocante que, a estas alturas, un organismo público encargado de velar por la salud de los ciudadanos mantenga en el mercado un producto que está prohibido en la mayor parte del mundo occidental, también en países vecinos de Colombia como Venezuela, donde saben bien el daño que causa.
Resulta increíble que médicos acepten servirse de un material tan comprometido.
Y resulta preocupante que haya quien esté dispuesto a arriesgarlo todo por un cambio estético plagado de peligros.
En lo que a nosotros nos toca, simplemente queremos recordar una vez más que las consecuencias en rostro, labios, glúteos y mamas del uso de los biopolímeros son terribles, porque producen granulomas y porque no se quedan donde están sino que se infiltran en los tejidos circundantes, y que su extracción es complicada.
En cualquier caso, un cirujano experimentado puede, mediante cirugía secundaria, realizar la mayor remoción posible del biopolímero conservando la integridad de la mayor parte de los tejidos circundantes.
Pero que esa posibilidad de arreglo no nos haga olvidar lo esencial: los biopolímeros hieren, deforman, matan.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.