Si eres de las personas que se pasan horas y horas sentadas, más de una vez te habrás sorprendido pensando: “el trasero se me está quedando plano”.
Es una exageración, desde luego, pero algo de eso hay y no necesariamente por estar mucho tiempo con las nalgas pegadas a una silla. Los glúteos son músculos, y si no se ejercitan pierden tono. Pero también es verdad que hay hombres y mujeres que sencillamente los tienen con una forma… sin forma, y para ellos y ellas la mejor opción es someterse a una gluteoplastia, es decir, a una remodelación quirúrgica para levantar, modelar, redondear y embellecer los glúteos, intervención de cirugía estética que en la inmensa mayoría de los casos propicia un cambio espectacular.
Pero en este post queremos centrarnos en la gluteoplastia secundaria, es decir, aquella a la que se recurre cuando a la salida de la primera intervención el paciente se da cuenta de que las cosas no han ido como pensaba, o cuando al cabo de un tiempo, los resultados se alteran.
Os damos cuatro ejemplos:
A veces la prótesis “se descuelga” por efecto de su propio peso. Eso sucede cuando ha sido colocada delante del músculo glúteo mayor… La gluteoplastia secundaria consiste en colocar el implante en el sitio correcto.
Hemos tenido casos de pacientes a los que un cirujano poco profesional no les ha puesto prótesis de glúteo, sino mamarias, que son implantes más frágiles, menos resistentes, y por lo tanto acaban rompiéndose.
En ocasiones, en la intervención original se han practicado incisiones inadecuadas que dan como resultado cicatrices visibles, antiestéticas y molestas. Una cirugía secundaria reparadora puede acabar con ese problema.
O la persona operada puede sufrir un accidente o un traumatismo que aun siendo leves provoquen una acumulación de líquidos en la zona del implante que es necesario evacuar.
Por último, cuando el paciente se deja llevar por sus fantasías y no hace caso del consejo experto del cirujano plástico (y éste cede a sus presiones), el tamaño del implante puede no ser el adecuado…
En todas estas circunstancias, nuestra tarea es arreglar mediante una gluteoplastia secundaria lo que la primaria dejó mal. Y esa intervención reparadora, como todas, ha de ser realizada por un especialista en cirugía estética experimentado, porque a las dificultades propias de cualquier intervención, en este caso se suma los problemas derivados del hecho de que ahora los tejidos están fibrosados, tienen cicatrices o han perdido su anatomía original.
En resumen: arreglar el mal hecho o sobrevenido es posible, pero sólo si lo hace alguien que sepa cómo actuar con plenas garantías.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dra. Patricia López Santos
La doctora Patricia López Santos es Cirujana Facial del equipo Fernández Blanco de Marbella.
Trás su especialización en Cirugía Oral y Maxilofacial por el Hospital Marqués de Valdecilla en Santander, y debido a su pasión y gran habilidad en el sector de la cirugía estética, es un miembro esencial en Fernández Blanco y discípulo del doctor Fernández Blanco. Su vocación es la cirugía estética facial, abordando desde rinoplastias, blefaroplastias a lifting cérvico faciales.