La expresión “labios carnosos” es sinónimo de atracción, ¡cuánto y bueno hemos oído hablar de los labios de, por no buscar más, Angelina Jolie!
Al contrario, los labios finos parecen ser propios de personas rancias, intransigentes, desabridas incluso.
Y si llevamos al extremo este juego de los estereotipos convendremos en que unos labios excesivamente hinchados, además de ser poco estéticos, son con frecuencia “leídos” como signo de ciertas perversiones, y atribuidos a personas libidinosas. Y que si vamos a dibujar, o a describir, a alguien que alberga aviesas intenciones, es más que probable que le dotemos de unos labios finos en exceso, casi desaparecidos.
Probablemente, en esta cuestión del tamaño de los labios, como en todo, la virtud está en el término medio. Pero, si hacemos caso únicamente de lo que oímos en el ámbito de la cirugía estética, llegaremos a la conclusión de que hay más personas que suspiran por unos labios generosos que por unos delgados.
En ambos casos la intervención recibe el nombre de queiloplastia primaria, y se realiza para dar o devolver a los labios la simetría, el volumen, la belleza y la armonía deseados.
Es una operación menor, si bien requiere alta precisión y gran destreza quirúrgica, porque esa región corporal se edematiza a poco de comenzar el procedimiento, haciendo que se pierdan las referencias anatómicas habituales. Es decir, como siempre, resulta fundamental para la seguridad del paciente ponerse en manos de un profesional cualificado y experimentado en este tipo de cirugías.
En este post queremos centrarmos en la queiloplastia primaria de reducción, es decir, ésa a la que se someten pacientes con los labios (los dos o solo uno, el superior o el inferior) muy gruesos.
La intervención quirúrgica, como hemos avanzado más arriba, es sencilla: extirpamos una banda de labio a través de una pequeña incisión interna.
Os preguntaréis si deja cicatrices… la respuesta es que sí, que deja, pero que no será visible ya que quedará escondida, camuflada bajo el mismo labio.
¿Y si sale mal? El temor es legítimo, aunque a la vista de la casuística acumulada, poco fundado. En cualquier caso, si el resultado no fuera el correcto siempre existe la posibilidad de recurrir a una queiloplastia secundaria, la cirugía que se realiza después de una cirugía o tratamiento previo de queiloplastia para corregir los resultados negativos de la primera actuación.
Los labios son muy importantes en la estética general del rostro. Y en nuestra clínica sabemos cómo tratarlos.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.