El término “radiofrecuencia” referido a la medicina estética puede suscitar algunas dudas.
¿Radiofrecuencia? ¿Como las frecuencias de las ondas electromagnéticas empleadas en la radiocomunicación?
Casi, aunque aquí no estamos hablando de la frecuencia en la que se emite nuestro programa de radio favorito, sino de esas ondas electromagnéticas de alta frecuencia que podemos aplicar sobre la piel para corregir y mejorar su textura, flacidez, elasticidad y volumen.
Es decir, y por centrarnos ya en lo que nos ocupa, la radiofrecuencia facial nos permite calentar de manera controlada las diferentes capas de la dermis, estimular los fibroblastos gracias a ese calor intradérmico y regenerar de este modo el colágeno y la elastina.
El efecto inmediato de este procedimiento, y así lo constatamos justo después de la primera sesión, es la retracción del colágeno. Pero es sólo un primer paso, una etapa hacia nuestro verdadero y mucho más ambicioso objetivo: la reestructuración del colágeno profundo, para formar nuevas fibras que sustituyan a las envejecidas y devuelvan la elasticidad a los tejidos, mejorando de este modo el estado de la piel. Por eso algunos se refieren a esta técnica como “el lifting sin cirugía”.
Sí, la radioterapia facial, tiene un efecto tensor y tonificante, reafirma la piel de los párpados, “vacía” las bolsas, “borra” las ojeras, y redefine el surco mandibular mediante la disminución de la flacidez a lo largo de la línea de la mandíbula y el cuello. Dicho de otro modo: nos permite alcanzar o recuperar una apariencia joven y descansada.
Y hacerlo, además, de manera segura, clínicamente probada y nada perturbadora: el paciente puede, tras una sesión de radiofrecuencia facial, volver a su vida normal con, como mucho, un ligero enrojecimiento en la zona tratada pero sin dolor, ni inflamación.
Por último, es importante recalcar que este procedimiento es especialmente adecuado para pacientes que no superen los 55 años, que serán los que obtengan los resultados mejores y más predecibles.
En definitiva, un tratamiento adecuado para complementar los tratamientos faciales, y potenciar sus efectos. Y la opción ideal para quienes aún no estén dispuestos a entrar en quirófano o quieran evitar los riesgos asociados con la cirugía, pero no deseen renunciar a mejorar su aspecto físico.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.
