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Reconstrucción del lóbulo de la oreja

Los pendientes son posiblemente el accesorio más característico de las mujeres, hasta el punto de que a la mayoría de las niñas de nuestro medio se le perforan las orejas al poco de nacer.

En este ambiente, su misión, la de los pendientes, no es otra que dotar de una marca de identidad y embellecer el rostro femenino que enmarcan; pero llevarlos no carece de riegos.

El uso prolongado de pendientes pesados puede llegar a dilatar en exceso el agujero correspondiente, con las consecuencias estéticas pero también prácticas (un orificio grande dificulta el uso de ciertos aretes) e incluso a deformar el lóbulo haciéndolo poco agradable. Así mismo, sucede con cierta frecuencia que el pendiente se engancha en algo o alguien, que el niño juguetón tira del aro que lleva su madre, y provoca un desgarro del lóbulo que lo lucía.

En las últimas décadas, los pendientes han conquistado también las orejas masculinas, cuando no (y esto sucede tanto en varones como en féminas) han empezado a convivir con piercings y anillos de dilatación que, sobre todo en el caso de este último adorno, traen una transformación radical de la fisonomía de la oreja. Algo que en principio gusta pero que puede llegar a ser inconveniente.

Por eso no es extraño que, con el paso del tiempo, la gente cansada o incómoda por las incrustaciones metálicas o la elongación provocada desee devolverle al lóbulo su forma original. De ahí que la lobuloplastia se esté convirtiendo en una de las intervenciones de cirugía estética más demandadas en Estados Unidos.

Se trata de deshacer el camino andado. La lobuloplastia o reparación del lóbulo de la oreja consiste en reparar los orificios de pendientes o piercings que con el tiempo se han dilatado, o incluso han llegado a rasgar por completo el lóbulo, o en “rellenar” esos enormes agujeros fruto de los anillos de dilatación.

Es una cirugía sencilla, que se realiza bajo anestesia local. Aproximadamente en un mes el paciente puede volver a realizar un nuevo orificio en el lóbulo si así lo desea.

Porque, incluso con los problemas que en ocasiones suponen, nadie va a renunciar a lucir unos pendientes (o piercings, o anillos) como mero accesorio embellecedor, como símbolo de pertenencia de un grupo social o a una tribu urbana, o como acto de protesta. Sí de protesta. Ponerse cosas en los lóbulos de la orejas ha tenido siempre un cierto carácter reivindicativo, quizás por eso el pasado 19 de octubre, el artista ruso Piotr Pavlenski, sentado desnudo sobre el tejado de un hospital psiquiátrico de Moscú, se cortó el lóbulo de una oreja para protestar contra el uso de la psiquiatría con fines políticos.

Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, o llama al 915 54 09 24.

Firma del Doctor Fernández Blanco - Blog

Dr. Alfredo Fernández Blanco

El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.

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