Hay asuntos que, resulta evidente, son más difíciles de abordar que otros. No es lo mismo acudir a una consulta médica para preguntar sobre una liposucción, o sobre un aumento de pecho, que hacerlo pensando en una operación de cirugía íntima, algo que a muchas personas les cuesta plantear.
Eso cuando conocen su existencia, porque lo cierto es que hay mujeres que sufren determinados problemas en silencio, creyendo que no tienen solución, cuando afortunadamente la ciencia médica nos ofrece la posibilidad de solucionarlos y de manera relativamente sencilla.
Hablamos de intervenciones que se realizan para rejuvenecer y embellecer las zonas íntimas, una cirugía cada día que pasa más demandada cuyo objetivo es devolver a los genitales femeninos externos elasticidad y simetría, y al mismo tiempo, mejorar de manera notable su apariencia estética.
Hablamos de intervenciones como la labioplastia (reducción de los labios menores y/o mayores), la liposucción de pubis (reducción del tejido adiposo del monte de Venus), el estrechamiento vaginal (una reducción del músculo de la vagina para mejorar el tono muscular y la elasticidad) y la clitoplastia.
En esta última queremos detenernos hoy.
La clitoplastia es una intervención quirúrgica que realizamos cuando existe una hipertrofia del clítoris que produce malestar.
La tal hipertrofia, es decir, el aumento excesivo del volumen del clítoris, puede deberse, y generalmente se debe, a un desequilibrio hormonal entre estrógenos y testosterona, también a la toma de anabolizantes,y puede llevar asociado un aumento de vello.
Ese crecimiento fuera de lo normal genera trastornos de variada índole, entre otros, molestias cuando se viste ropa ajustada; incomodidad durante las relaciones sexuales; e incluso un aumento del riesgo de infecciones.
El tratamiento consiste en esconderlo… ¡No, no nos referimos a negarlo! Estamos hablando ya de cirugía, es decir: realizamos un pequeño corte alrededor de la corona y plegamos el clítoris como un telescopio. El proceso dura entre 30 minutos a una hora y no siempre es necesario recurrir a la anestesia general. Luego, tras la cirugía, durante tres o cuatro semanas pueden aparecer síntomas de hiper o hiposensibilidad en la zona, por lo que recomendaremos a la paciente que se abstenga de mantener relaciones sexuales en un periodo de veinte a treinta días.
Os recordamos, por último, que según distintas fuentes, entre ellas la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, los tratamientos de cirugía íntima que se realizan en España aumentan de año en año, que los solicitan tanto hombres como mujeres, y que las tasas de satisfacción superan el 80%.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.