De entrada, algunas evidencias. El envejecimiento viene acompañado de una disminución del tejido adiposo de la cara, disminución que también puede ser provocada por diversas patologías que afectan ese tejido, tales como el síndrome de lipodistrofia por HIV, algunos traumatismos o las inyecciones de corticoides destinadas a corregir otros defectos.
¿Se puede subsanar? Desde luego que sí, y de manera harto sencilla: mediante el injerto de grasa, una técnica utilizada en cirugía plástica desde hace décadas, con resultados probados en la corrección de volúmenes faciales, en casos de falta de desarrollo en determinadas zonas del rostro, asimetrías faciales o perdida de tejido adiposo por la cusa que fuere, resaltando determinadas zona de la cara, los llamados puntos de incidencia de la luz (pómulos, borde mandibular, labios, etc.).
La técnica de cirugía estética que permite utilizar para el relleno de la zona a modificar el tejido graso, previamente purificado, del propio paciente, fue desarrollada por el doctor Sydney Coleman. Por decirlo en lenguaje más técnico, la técnica del doctor Coleman consiste en la infiltración de tejido adiposo autólogo libre a modo de relleno inyectable, lo cual tiene la ventaja añadida de que presenta muy pocas contraindicaciones.
El propio doctor Sidney Coleman explicó en su día cómo surgió la técnica. En 1987 comenzó a realizar implantes de grasa en sus intervenciones de cirugía secundaria para corregir deformidades generadas por tratamientos de liposucción mal realizados. Con el paso del tiempo descubrió que el el injerto de grasas era tremendamente eficaz y se decidió a utilizarlo para mejorar proporciones faciales (aumentar labios, profundizar mejillas, suavizar mandíbulas) y corporales (glúteos, pantorrillas, brazos, etc.). “Me di cuenta de que los injertos de grasa tenían un efecto increíblemente rejuvenecedor”, declaró en su día el doctor Coleman, quien asegura que su técnica es mucho más segura que las cirugías plásticas tradicionales.
Lo singular de esa técnica es que, realizando unas incisiones muy pequeñas mediante unas cánulas específicas invención del propio Coleman, se extrae tejido graso del propio paciente; grasa que luego se centrifuga y procesa para obtener grasa purificada que se inyectará en la zona deseada.
Y, como se describió en un artículo científico publicado en la Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial, la peculiaridad distintiva de esta técnica de relleno de tejidos radica en la revascularización de las miniporciones de tejido graso infiltradas, permitiendo que el organismo las incorpore permanentemente como tejido propio en el lecho receptor.
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Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.