Muchas veces, la cirugía de labios es mucho más que un capricho, la satisfacción de un deseo de tener los labios más gruesos, más sensuales.
Lo más frecuente es que cuando hablamos de queiloplastia, pues ése es el nombre de la cirugía que se realiza para dotar a los labios de belleza, armonía y juventud, nos refiramos a una operación de aumento. Es, por lo tanto, la intervención que realizamos en pacientes con labios muy finos, o muy pequeños (microquelia), o asimétricos, o adelgazados como consecuencia del envejecimiento.
Estamos ante un clásico de la medicina estética, un procedimiento muy habitual en el que utilizamos injertos e implantes, es decir, grasa de la propia paciente o materiales acrílicos.
La palabra “queiloplastia” también alude a las operaciones que buscan aquellos pacientes con labios muy voluminosos o gruesos que desean afinárselos, en cuyo caso precisamos el cariz de la intervención añadiéndole la coletilla “de reducción“.
Pero en ocasiones, la queiloplastia tiene por objetivo corregir las alteraciones que han sufrido los labios de los pacientes, ya sea por alteraciones genéticas (labio leporino) o por deformaciones sobrevenidas (consecuencia de enfermedades tumorales, traumatismos, quemaduras, sufridas en accidentes o por autolesiones).
Esa corrección, que hemos dado en llamar queiloplastia correctiva o reparadora, se puede realizar de dos maneras que pasamos a explicar:
– Mediante una plastia, un tipo de cirugía que se sirve del tejido del propio labio. Al cirujano corresponde elegir el tipo de incisión que va a realizar, incisión que puede tener forma de w, v o y.
– Mediante uninjerto, es decir, utilizando tejido del propio paciente pero no del labio, sino de otro lugar del cuerpo. Es una técnica a la que apenas recurrimos, salvo que se den unas condiciones muy concretas.
Existe un último tipo de queiloplastia, la queiloplastia secundaria.
En ocasiones nos permite simplemente retirar parte del producto, cuando el paciente cree que el volumen alcanzado tras una primera intervención de aumento le parezca excesivo; pero en otras se trata de intervenir para reparar un error ajeno y dar solución a pacientes que han sido infiltrados con material de relleno permanente en los labios y que, como consecuencia de esa actuación irresponsable, presentan deformidades.
En cuanto al resultado, nosotros también podemos gritar “sí se puede” aunque sin llamarnos a engaño: las cirugías secundarias de labios son efectivas pero duran más tiempo y tienen más complicaciones añadidas, ya que estamos tratando un tejido operado previamente y con materiales infiltrados en su interior.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.