Es una obviedad que todas las operaciones quirúrgicas tienen sus riesgos. Y conviene añadir que muchos de esos riesgos tienen solución. Uno de ellos es la sinmastia, también conocida como “uniseno”. Extraña palabra, ¿verdad? Lo primero que haremos es definirla: la sinmastia es la pérdida del surco intermamario, ese al que comúnmente nos referimos como “el canalillo”.
Puede ser de nacimiento, congénita, pero lo habitual es que aparezca (o, mejor dicho, desaparezca) tras una operación de aumento de pecho, bien sea como consecuencia de un error médico durante la cirugía (por ejemplo, la realización de una incorrecta disección del bolsillo, es decir, de la cavidad donde se aloja la prótesis mamaria), o si el especialista, muchas veces empujado por la insistencia de la paciente, recurre a implantes mamarios demasiado grandes. Es entonces cuando se produce el desplazamiento medial de las prótesis y las dos mamas quedan, por así decirlo, pegadas. Cierto, la mujer puede separarlas si pasa el dedo entre ambos pechos siguiendo la línea del esternón… pero inmediatamente recuperan su posición original. Y aunque en algunos casos la alteración es menor, en otros de grado extremo se observa la descolocación de los pezones y las aureolas, que se desplazan hacia los lados exteriores de los pechos. La imagen: una masa sólida de tejido mamario que carece de una clara separación o escisión. Digamos cuanto antes que la migración del implante es la menos común de todas las complicaciones del aumento mamario cosmético, y que es más común en las mujeres que han sufrido más de una intervención de cirugía estética para el aumento de mamas. Además influye la estructura del tejido anatómico y la musculatura. Así, las mujeres más propensas a sufrir sinmastia son aquellas con pectus excavatum (una alteración congénita por la que el pecho esté hundido), y las delgadas (que por lo general tienen menos tejido y/o grasa cubriendo el esternón). Dicho lo cual, si la sinmastia se presenta, ¿qué se debe hacer? A modo de solución temporal, la mujer puede utilizar un sujetador especial que separe las mamas. Pero todos sabemos que una solución temporal no es una solución. De ahí que lo más conveniente sea recurrir a la cirugía estética secundaria, en el curso de la cual el cirujano plástico habrá de crear un nuevo surco intermamario. Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, o llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.