Algunas personas que visitan esta página nos pregunta el porqué de nuestra insistencia en el asunto de los biopolímeros, habida cuenta de que la legislación vigente en nuestro país (y en muchos otro) los prohíbe taxativamente y, por ello, es harto improbable que nos encontremos con casos de personas que sufran por su aplicación.
Les diremos por qué: porque la ingenuidad de algunas personas, que creen que qunque sean malos a ellas no les va a afectar, la determinación de quienes, por razones económicas, deciden correr el riesgo, y las malas prácticas de quienes no dudan en recurrir a materiales peligrosos, hacen que la extracción de los biopolímeros siga siendo una tarea habitual en clínicas de cirugía estética de medio mundo.
Biopolímeros, decimos, y muchos pensarán en plásticos. De hecho, en su ámbito correcto de actuación y aplicación son materiales prácticos e interesantes.
Nosotros nos referimos a la silicona líquida, desarrollada en 1963 y utilizada para el aumento del pecho y la cara antes de la elaboración de un grado más puro de la silicona inyectable, si bien en algunos casos extremos se han utilizado muchas sustancias diferentes, a cual más nociva, que hasta pueden contener metacrilato… En fin, ¿hace falta añadir más para entender que no es bueno inyectarlo en un cuerpo humano? Por no hablar, queda apuntado más arriba, de que su uso en cirugía estética está prohibido, a pesar de lo cual algunos desaprensivos siguen ofreciéndolas sobre todo a través de internet.
Debería bastar con ver las imágenes de los efectos atroces que esos biopolímeros tienen en el organismo humano para desterrar su uso. Y si las fotos no bastan, recordemos que tarde o temprano desencadenarán reacciones no deseadas: el cuerpo los recibe como lo que son, una sustancia indeseable, y se moviliza para neutralizarla; infiltran los tejidos circundantes; se suelen mover, migrar a otras partes del cuerpo; el organismo identifica el biopolímero como un objeto extraño y desencadena una reacción defensiva; y, como su aplicación es ilegal, no pasan controles sanitarios, por lo que las infecciones son habituales.
No queremos detenernos en la descripción de sus dañinos efectos, sino decir que podemos evitar lo peor. Que podemos extraerlos. Pero sin ocultar que es una labor delicada, porque hay que proceder a la remoción del biopolímero sin sacrificar en demasía los tejidos circundantes; y sin dejar de insistir en que la cirugía secundaria debe ser encarada por un cirujano curtido y hábil.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.